5.11.04

Las esperanzas.

Una de las caracter�sticas que m�s nos destaca de otras razas, algo que sin duda un testigo externo de nuestra historia y de nuestra realidad humana f�cilmente detectar�a, es que la esperanza es sin dudas esa fuerza invisible que gobierna, en parte, nuestros actos y desenlaza nuestros destinos... Pero esta misma esperanza, cualidad estrella de la raza humana, es tambi�n muchas veces la culpable de nuestras desgracias, de nuestra propia autodestrucci�n. As� como as�. Son esos retazos remanentes de esperanza los que nos mantienen apegados a creencias que nos lastiman, que nos hacen mal, que nos perjudican. Ya va a mejorar todo. Vamos a volver. Van a reconocerte el esfuerzo. Ya te va a salir. Ella te sigue amando. Mentiras dichas con sinceridad. Sabr�n disculpar la brevedad. Ten�a la esperanza de poder decir m�s sobre el tema, pero no.

4 comentarios:

Sagi dijo...

Tengo esperanza de que algunas esperanzas se suiciden pronto.

Laleft dijo...

Me sumo al comentario l�rico de la petisa y os dejo estos versos apropiados:

Lleg� con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.

Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.

Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.

Innoble. dijo...

Mi af�n era el de poder darme cuenta, de que hay ciertas esperanzas (que inevitablemente se van a instalar en nuestras almas) que es mejor asesinarlas, antes de que nos maten lentamente.

La Esperanza (con E may�scula) siempre queda, siempre est�, porque cuando no est� es lo mismo respirar que no hacerlo. Esa no se cuestiona, no se reniega.

El problema parecen ser las otras, las esperanzas diarias, las remanentes, las que no nos dejan incluso cuando si queremos perderlas. Esas esperanzas te impiden seguir adelante. Esas esperanzas son las que te hacen mirar hacia atr�s, incluso bajo la amenaza de convertirte en una estatua de sal o, lo que puede ser peor, no ver lo que ten�s por delante.

Gracias a la rubia y a la petisa y la de al lado y a la tapat�a. Gracias a Serrat, a Hern�ndez, a Rodriguez.

Sagi dijo...

Clarito escuch� que alguien me nombr�.