30.1.05

Lluvia

Cuando todo el mundo corre para ponerse a resguardo, ella sale a la puerta mirando hacia arriba y la primer gota de la tormenta, siempre cae en el centro de su frente...
Cuando todo el mundo entra en sus casas agitando los paraguas, ella, desde la esquina, camina despacito tratando de no olvidarse de pisar cada charco. Cuando todo el mundo ve la lluvia y prepara mate con torta fritas, ella, sentada frente a la ventana, ignora que realmente llueve porque ella est� triste. Y si le da hipo, nieva.

29.1.05

Una y una

No s� como hasta el d�a de hoy, a�n no hab�a visto la pel�cula Am�lie. Y me di cuenta que en las partes rom�nticas, me muerdo la punta del dedo gordo de la mano (psic�logos a�n en per�odo de veda).

25.1.05

Burocracia Ang�lica

El paraiso para mi, a diferencia de los dem�s, siempre se me pronostic� terrible. Vamos... o en verdad alguno de Uds. quiere pasarse la eternidad, arriba de una nube, vestido como un imb�cil, con un arpa en la mano y una aureola en la cabeza?... Entonces, se me antoja otro concepto. No ya la sacra y antis�ptica concepci�n de un paraiso general, que no sirve para otra cosa que confirmar que en la ignorancia reside la felicidad. Yo no quiero eso ( adem�s, estoy seguro que en ese tipo de para�so, no van a estar las personas que m�s quiero ). Un "paraiso general" es impracticable. Lo que a unos hace dichosos, a otros les provoca miseria. Es claro que la presencia de ciertas personas, convierten un paraiso en el infierno de otras. Entonces, la soluci�n al dilema es que deber�a existir un para�so por cada alma que merezca uno.
"Salgo de la universidad. Me acaba de dar clases Borges y me cruzo con varios compa�eros. Esa misma tarde, vamos a ir a ver correr a Fangio, que prueba un nuevo modelo. Caminamos y el sol est� dandome en la frente, pero la sombra de unos �rboles nos cubre y protege por momentos. Se acerca un grupo de mujeres, que nos saludan muy amablemente. Se que todas estar�n en la fiesta de esta noche. Nos dicen los nombres de algunos de los invitados: charlaremos con Borges, escucharemos las proezas de Ayrton, nos deslumbraremos con la belleza de Tita, reiremos con Tato. A�n m�s importante, me cuentan que ella estar� alli esta noche, esper�ndome como lo convenimos. Las distancias se acabaron, y estaremos juntos ahora. Voy a ver a mi abuelo, est� afeit�ndose para ir a visitar a su mam�, y quiz�s salgan a oir esa noche a Carlitos. Lo abrazo, siempre lo extra��."
Este paraiso, estar� lleno de deliciosos problemas, existe la incertidumbre, existe el desenga�o, existe la esperanza, existen los temores. Pero todo toma la m�s noble de las formas. �Es mucho pedir? �qu� alguien se digne a imaginar, un paraiso para nosotros ?

24.1.05

Por un milenio sin infiernos

Fui a ver la muestra de Le�n Ferrari, y m�s all� de encontrarme con la restrospectiva de los �ltimos cincuenta a�os creativos de Le�n, y de unas obras de una abstracci�n deliciosa, como historias con final abierto, quiero rescatar un escrito (como el amante de las palabras que soy) que no solo me pareci� una forma inteligente de responder a la iglesia, sino que adem�s posee un humor muy ir�nico y delicado a la vez... Ante una nota en la que el Papa solicita que se "medite sobre el Juicio Final" y que "el Infierno existe". El CIHABAPAI (Club de imp�os herejes ap�statas blasfemos ateos paganos agn�sticos e infieles) public� una solicitada, en el diario, que se transcribe a continuaci�n.
Diciembre de 2000, reiterada en 2001 Juan Pablo II El Vaticano Asunto: Por un milenio sin infiernos De nuestra consideraci�n: En su art�culo 5, la "Declaraci�n Universal de Derechos Humanos" (1948) dice: "...nadie ser� sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes". El art�culo I de la "Convenci�n contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes" (1984) califica como tortura "todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean f�sicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero, informaci�n, o una confesi�n, o de castigarla por un acto que haya cometido...", y agrega: "todo Estado castigar� esos delitos con penas adecuadas". La �ltima (��ltima?) edici�n del Catecismo de la Iglesia Cat�lica (1998) comparte la condena: "La tortura, que usa de violencia f�sica o moral, para arrancar confesiones, para castigar a los culpables, intimidar a los que se oponen, satisfacer el odio, es contraria al respeto y a la dignidad humana" (n. 2297). El mismo Catecismo admite los suplicios: La ense�anza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente despu�s de la muerte y all� sufren las penas del infierno, "el fuego eterno" (n. 1035). Al sufrimiento de las almas el Catecismo suma el de los cuerpos. La resurrecci�n de todos los muertos, "de los justos y de los pecadores" (Hch. 25,15), preceder� al Juicio Final. Esta "ser� la hora en que todos los que est�n en los sepulcros oir�n su voz y los que hayan hecho bien resucitar�n para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenaci�n" (Jn. 5,28-29) "...e ir�n �stos a un castigo eterno y los justos a una vida eterna" (Mt. 25, 31,32,46) (n. 1038). Se materialice o no el sufrimiento anunciado por Jes�s, corresponda o no juzgarlo con nuestras leyes, el miedo de los creyentes al futuro suplicio es ya un suplicio: un sufrimiento mental actual que nuestras leyes y el Catecismo proh�ben. Frente a estas convicciones de la Iglesia, que rechaza la tortura en vida y la admite en almas de muertos y cuerpos de resucitados, y alarmados por la declaraci�n vaticana de que el Infierno existe, es eterno y est� lleno de malvados, le solicitamos:
  1. que extienda al m�s all� el repudio a la tortura proclamado en el Catecismo,
  2. que gestione se respeten los derechos humanos de la multitud de almas que est�n sufriendo, algunas desde el G�lgota, en tierras de Satan�s.
Terminar con padecimientos de millones, desalojar y demoler el infierno, tranquilizar a los creyentes puede hacer realidad su esperanza de que la Iglesia pasar� a la historia como la defensora del hombre. Lo saludamos muy atentamente, CIHABAPAI, Club de imp�os herejes ap�statas blasfemos ateos paganos agn�sticos e infieles. cihabapai@hotmail.com
Me adhiero a este pedido, desde el momento en que el "cielo" no se me hace un lugar antojable, al sospechar que m�s de la mitad de mis amigos y conocidos no estar�n all�. Si est�n en Argentina, en Buenos Aires (moment�nea o permanentemente) les aconsejo visitar la muestra. Saldr�n m�s o menos ofendidos, m�s o menos escandalizados, m�s o menos creyentes, pero sin lugar a dudas van a salir con muchas cosas para pensar, sin lugar a dudas.

22.1.05

Nuevas estrellas en la c�pula celestial

Novedades en la luminaria blogueril, amigos mios. He aqui los nuevos blogs que han surgido y que por unos o cuales motivos, son de obligada lectura para mi... Primero, un poco de restrospectiva. Hace un par de a�os ( o sea, casi justo dos ), comenz�bamos con unos amigos, una especia de Blog que corr�a sobre una plataforma programada en una noche por otro amigo. Esto fue, es y ser� siempre, nuestro Chorizo Comunista. Es en ese lugar donde lei cosas increibles y conoc� un poco m�s de ellos a trav�s de lo que escrib�an. Luego, con el tiempo, las publicaciones mermaron, y el blog qued� solo... o casi. Hoy son dos de sus m�s altos exponentes los que salieron al mundo (El chorizo era solo de conocimiento de los autores y de tres o cuatro buenas personas que merec�an enterarse). A�n queda por definir que haremos con los contenidos que a�n yacen en el viejo Chorizo, en su forma m�s primitiva y abstracta, esperando ser revividos y republicados nuevamente. Por lo pronto, creo que en estos dos nuevos blogs (y espero que haya m�s que dos) podremos ver un poco de la escencia condensada del Chorizo Comunista. Pero por lo pronto, no pueden dejar de visitar : El Chorizo Comunista (v.3.0) Absoluto La ubicaci�n actual del chorizo permanecer� en el anonimato, hasta que encontremos el lugar adecuado para el renacimiento de sus textos, esta vez dados a conocer al p�blico general. Algunos de los que yo escrib� all�, ya fueron colocados ac� en clicDiario, pero no todos. Los otros dos blogs que quer�a comentar, son de nenas. Morir Damasco es uno de ellos, y ahi es donde escribe Cadencia. Este blog tiene una tem�tica m�s o menos definida, ya que Cadencia es... �c�mo decirlo sin herir susceptibilidades? :D Cadencia es feminisita, bueno. Y su blog, que si bien tiene algunos escritos deliciosos, otros son pura y exclusivamente dedicados a la lucha por sus derechos. Y finalmente tenemos a Laquelonia y su blog. Este es uno de los tipos de blogs que m�s me gustan, porque son como espiar en el diario �ntimo de una persona, son como un reflejo latente de lo que son, de lo que hacen, de lo que sienten, como viven. Bueno, asi poco a poco, voy conoci�ndola. Bueno, ella es la autora del Hipo Gay, que me hizo reir hasta las l�grimas. Eso es todo por hoy. Visiten estos otros blogs, seguramente por all� tambi�n estar� comentando y en lo que ellos se escriba, seguramente me influir�n para seguir escribiendo por ac�.

17.1.05

Un paseo por las nubes.

Confieso mi gusto por ciertas pel�culas de amor. No todas, no cualquiera. Pero hay ciertas pel�culas, que aparte del evidente tema amoroso, conllevan algun mensaje m�s, una idea extra, van un poco m�s all�. En definitiva, que tocan un poco m�s ac�, hondo... Una de estas pel�culas es "Un paseo por las nubes". Protagonizada por Keanu Reeves (del que obviamente ni hablaremos aqui de sus preferencias sexuales o de como se desenvuelve en cualquier papel fuera de Neo) y Aitana S�nchez-Gij�n (una mujer tan, tan tan, bella sin caer en exuberancias o demas�as). La vi por primera vez, en el a�o 95 cuando se estren�, y no comprend� todo lo que me hab�a gustado sino hasta 3 o 4 a�os luego, cuando la volv� a ver en televisi�n. Es, antes que nada, una linda historia de amor. Pero va m�s all�. Es una pel�cula que habla sobre la b�squeda de un destino, cuando lo �nico que ten�amos de pronto desaparece. Es una pel�cula que habla sobre el amor de la familia. Es una pel�cula que habla sobre ra�ces. Es una pel�cula preciosa, de esas que parecen solo gustarnos a nosotros y a nadie m�s (ya alguna vez hablar� de esto). Me hizo cuestionar muchas veces, el verdadero sentido de la felicidad, c�mo opera la Felicidad en nosotros, las cosas que realmente nos hacen felices. Pero sobre todo, c�mo buscamos esa Felicidad. Pero ser�a muy pretensioso de mi parte hablar sobre como "todos" hacemos las cosas, as� que me voy a limitar hacia el �nico terreno en el que m�s o menos, dentro de todo, tengo un poco de conocimiento: yo mismo. Siempre tuve la creencia, de que (al menos, yo), tenemos cierto "l�mite" de felicidad. Aunque m�s que l�mite, me gusta llamarlo "umbral". As� como existe cierto umbral de sonido, que una vez es sobrepasado, ya nos parece todo infernal ruido, indistinguible en volumen, creo que lo mismo pasa con la Felicidad. Llegado a este "umbral", ya no importa que seamos m�s o menos felices, ya no podemos distinguir de tanta felicidad que sentimos. Entonces, �de qu� maneras dejamos que la felicidad nos llene, nos inunde?. De muchas y muy distintas maneras, eso es seguro. Pero si vamos al punto en que todos tenemos cierta "cuota" de felicidad que necesitamos poseer para considerarnos felices, entonces las maneras de cumplir con esa cuota, con esa medida de felicidad necesaria, pueden ser distintas. Est�n quienes buscan, a lo largo de su vida, o en momentos en particular, peque�as fuentes de felicidad, que sumadas, dan una sensaci�n de satisfacer esa cuota y por ende, sentirse feliz. Y es as� que corremos detr�s de metas prestablecidas, de deseos colectivos, de anhelos ajenos. As� es que al cumplir ciertas pautas, al alcanzar determinados objetivos, pensamos que deberiamos sentirnos felices. �Est� esto mal? No creo, todo siempre depende del punto de vista. Una de las ventajas ser�a que al no alcanzar alguno de los objetivos, no har�an gran mella en nuestro estado general de felicidad, y siempre podemos buscarnos otros medios que nos hagan un poquito m�s felices. Pero luego, claro, est� el otro extremo. Est�n los grandes motivos de felicidad. Est�n esos sucesos grandiosos, �nicos, que nos entregan un caudal increible de felicidad en nuestras vidas, que se derrama sobre nuestros cuerpos, ba��ndonos en goce. Y en lo general, estos eventos o estas situaciones, que nos hacen inmensamente felices, suelen alcanzar para que la cuota se vea completa, para que estemos llenos de felicidad y ya nuestro cuerpo no necesite m�s. As� es como dejamos de lado la busqueda de otros motivos simples de felicidad, o no nos preocupan, o directamente ni los tenemos en cuenta. Ya tenemos lo que necesitamos para vivir, y en este tema no prima la ambici�n. Si ya no puedo ser m�s feliz de lo que soy, �para que buscar m�s? Algo que siempre fui de creer, es que quien poco disfruta, o quien sus felicidades son m�s chicas y modestas, goza con la ventaja de sufrir poco, de que poco sea lo que lo afecte. En cambio, quienes mucho disfrutan, quienes son capaces de ser muy felices, cargan con el infortunio de sufrir mucho, de desgarrarse de dolor. Todo va en como percibimos la vida, en como nos abrazamos a ella, en como la transitamos. Solo resta tener en cuenta, que ya sea que nos llegue en peque�os y finos torrentes mansos, o en vertiginosas cascadas rebosantes de contenido, la felicidad no se queda, no es permanente, y el mismo principio de amortiguaci�n de los sentimientos, que nos impide sentir m�s felicidad de la que podemos llegar a percibir, es la que pronto nos acostumbra a ello. Y la felicidad, se va. Y vuelve, para nuevamente irse. Perseguimos la idea de una felicidad longeva, perdurable, y chocamos constantemente contra la naturaleza de la felicidad, que nos visita por momentos, para luego alejarse. Y este choque, muchas veces nos impide darnos cuenta de que estamos siendo felices en este momento. No dejemos pasar desapercibido ni un momento de felicidad, grande o peque�a, porque esos momentos son el material con el que se teje nuestra vida. Sean felices, aunque sea en un vi�edo, dando un paseo por las nubes.

13.1.05

Sonrie. El mundo te lo agradece

Casi casi por error, conoc� a una persona con un sitio y una propuesta m�s que interesante. Uno de esos detalles que tiene internet para con nosotros, producto de la m�s abyecta de las casualidades... As� es como encontr� el proyecto Sonr�e.Net. Un sitio con una propuesta m�s que interesante y simple : Sonreir. No cambiar� el mundo, pero se le puede cambiar un poco la cara a la gente. Proponen poner cartelitos en cada uno de los paises, y de los pocos lugares en los que han organizado algo, se encuentran justamente Buenos Aires y Guadalajara, dos lugares muy especiales para mi. Entonces, m�s all� de la suma de casualidades que me llevan hoy a promocionar esta propuesta, les propongo sonreir. Un ejercicio simple, pero poderoso. Por la calle, en el banco, subiendo al subte o bajando del colectivo. Es interesante ver la reacci�n de la gente cuando se dan cuenta de que uno les sonr�e. Rostros incr�dulos, imcomprendidos. Quiz�s alguno ofuscado ante la sospecha de una burla. Quiz�s, sin darnos cuenta, encontremos otra sonrisa en el rostro enfrente nuestro. Y si dos se sonr�en, �qu� m�s se puede esperar? .

11.1.05

Buenos Aires a las 5 de la ma�ana

Anoche tuve la necesidad de salir a caminar. Una hora y cuarto. Fueron aproximadamente 8 kil�metros o para ser m�s precisos, 7.872 metros. Pero lo m�s interesante es que en esa distancia, hay muchas otras cosas m�s, sobre todo a una hora de la madrugada donde a�n la noche conserva su dominio sobre las cosas... Buenos Aires es una ciudad muy particular, eso ya lo sabe casi todo el mundo. Pero a las 5 de la ma�ana, es una ciudad completamente diferente. En Buenos Aires, a las 5 de la ma�ana, la gente no es quien suele ser. Los pocos que no se esfuman o se vuelven transparentes, deambulan por la ciudad en busca de algo, de alguien, de alguna se�al o la respuesta a alg�n dilema. Se disfrazan de peat�n cruzando una calle, de parejita abraz�ndose en la oscuridad, de taxista o toman la forma de alguien esperando el colectivo. Pero hay mucho m�s, se deja entrever una historia, un pasado, circunstancias que los llevan al sitio donde est�n, a esa hora. Buenos Aires, a las 5 de la ma�ana, tiene muy pocos colectivos, pero tiene muchos taxis. A su vez, Buenos Aires a las 5 de la ma�ana, tiene muchas personas esperando colectivos y muy pocos taxis ocupados. Tambi�n hay muchos puestos de diarios abiertos, pero solo 2 kioskos. Comprar una botella de alguna gaseosa es complicado en Buenos Aires a las 5 de la ma�ana. En Buenos Aires, hace tanto calor a las 5 de la ma�ana como en algunas horas del d�a, por lo que se transpira la remera de igual manera. Lo bueno, es que a las 5 de la ma�ana, uno puede caminar mucho m�s tranquilo sin la remera, mir�ndote en todas las vidrieras que hacen esquina. No hay viejas que se escandalicen, en Buenos Aires a las 5 de la ma�ana, y el resto de las personas que andan por ahi, son casi como espectros que solo se preguntan que hacen all�, a esa hora. En Buenos Aires, cuando no est� bajo los rayos del sol, que todo lo vuelve n�tido, definido, real, palpable, todo toma un aura diferente. A las 5 de la ma�ana, el mundo es heredado por las sombras, y las sombras no se diferencian unas de las otras. El mundo como lo conocemos durante las horas del d�a, se transforma, desaparece, se torna difuso, irreconocible. Se vuelve nuevo, inexplorado, menos seguro. El coraz�n siempre late m�s r�pido y m�s alerta, a las 5 de la ma�ana. Buenos Aires, a las 5 de la ma�ana, tiene calles que bajo otra iluminaci�n, perder�an cierto atractivo que le dan las sombras. A esa hora, las avenidas se igualan con las calles de menos tr�nsito, as�, Corrientes o Rivadav�a no son mucho m�s importantes que Curapalig�e o Esteban Bonorino. Por el mismo motivo, a las 5 de la ma�ana, los sonidos que habitan la ciudad, son totalmente otros, no ya abundantes e intrusivos, sino que son como delicados matices sonoros. Son detalles, son adornos, cuelgan del aire por momentos, componiendo una canci�n. La canci�n de Buenos Aires a las 5 de la ma�ana.

2.1.05

�Te juro que es la primera vez que me pasa!

Algunos se habr�n extra�ado que no hubo una publicaci�n para A�o Nuevo, sobre todo cuando incluso incurr� en la irresponsabilidad de comentarle a algunos que ya lo ten�a escrito. �Y juro que es verdad! Pero misteriosamente, el 31 a la tarde busco el archivito donde hab�a guardado lo escrito, y ya no lo pude encontrar. As� que hoy, 2 de Enero, es oficialmente el d�a con el �ltimo post del a�o 2004, y el primero del 2005... Que bronca, no solo el doble esfuerzo de tener que volver a escribir todo de nuevo, sino que es un ejercicio bastante traicionero, el de querer recordar las cosas que uno puso, de la misma manera en que la puso la primera vez, a sabiendas de que no es posible sacarle una fotocopia a la memoria. �Si ya estaba tan lindo! Veremos de recomponerlo con los trozos que rescata la memoria. Que a�o el 2004. Siempre esperamos que el a�o por venir venga cargado de novedades y bienaventuranzas, pero pocas son las veces que nos sentamos al borde del a�o que se va, miramos hacia atr�s (pr�ctica no del todo recomendable para man�aco-depresivos) y nos damos cuenta de todo lo que nos dej� el a�o que se despide. A mi particularmente no me fue nada mal. Comenc� el a�o quiz�s con no muy buenos augurios, efectivizando una separaci�n anunciada meses atr�s, mud�ndome con mi abuela, pero sobre todas las cosas, un poco m�s lejos de mi hija a la que ya no ver�a todos los d�as como acostumbr�bamos ambos. Cost�, fue duro, pero finalmente podemos decir que fue para el beneficio de todos. Un trance que hab�a que pasar, una situaci�n que hab�a que parir. A mitad de a�o, pude complir uno de los sue�os m�s grandes que ten�a desde chico, y que es viajar. Pude irme por primera vez a un lugar lejano y distinto a mi amada Argentina, y fue M�xico qui�n me abri� sus brazos. Una tierra hermosa, sin lugar a dudas, que me cautiv� desde el mismo aeropuerto. Alguna vez contar� lo que se siente estar en un aeropuerto tan grande como el de Distrito Federal, rodeado de gente de tantos paises distintos. Parec�a una propaganda de American Airlines. Tanto me gust� ese viaje, que ahora a finales de Marzo tengo planeado regresar, esta vez a las playas de Campeche. Ya tendr�n noticias de esto tambi�n. Conoc� a una mujer que le di� otro sentido a mi vida. Asi, tan cursi como suena. Me ense�� mucho de mi mismo, y sin darse cuenta, me hizo reconciliarme con muchas cosas. La am� de inmediato, como se suele hacer en estos casos y aunque ya no estemos juntos, la recuerdo para no olvidar lo que se siente estar al lado de alguien as�. No quiero volver a perder a alguien como ella. Laboralmente, lo mejor que me pudo haber pasado en el a�o, fue el hecho de que me despidieran de la empresa. Primera vez que me ocurre y la verdad, tan agradecidos que les estoy por ello. Un trabajo que se prolong� demasiado tiempo, que me acostumbr� al sueldo mensual y a las tareas mediocres, se estaba llevando lo mejor de mi y de mi salud. Ya no m�s, por suerte ahora puedo determinar mis horarios, mis tiempos, los proyectos que encaro y mucho m�s. Este 2005 espero que sea un primer paso, un gran primer paso, hacia esa independencia que deseo obtener. ES mucho el trabajo que hay que hacer, y muchisimas las responsabilidades, pero estoy seguro que voy a poder. El 2004, para gusto de algunos y desgracia de muchos, tambi�n fue el a�o en el que comenc� a escribir este blog. Primero como una curiosidad, como un intento de ver que es lo que este mundo ten�a para ofrecerme, asi como lo que yo podr�a ofrecer. As� como as�, abr� una cuenta en Blogspot y comenc� a escribir. Y espero poder mantenerlo durante el 2005 en el mismo ritmo que ahora (quiz�s un poco m�s frecuentemente, me dir�n algunas). La verdad, que escribir me ha ayudado en muchas cosas, sobre todo a prestarle m�s atenci�n a las cosas extraordinarias que suceden en las vidas supuestamente ordinarias. A buscar el detalle, el hecho extra�o, la situaci�n especial, esas cosas que valen la pena dedicarles algunos p�rrafos (o al menos uno). A todo el mundo, les deseo un 2005 que valga la pena, que les cambie la vida para mejor, en el que decidan por motus propio, cambiar lo malo en bueno, transmutar los estados inferiores en superiores, convertirse en los cazadores de la vida que todos podemos ser. Para que todos, sentados al borde del a�o cuando termine, podamos ver hacia atr�s y decir : "Que bueno, otro a�o m�s que vali� la pena". Hagamos que de gusto, de que los a�os pasen.