3.2.06

Tetralog�

Todo comenz� con un gran da�o que me permit� infligirme. As� naci� Todo. Fue uno de los grandes dolores de mi vida, pero tambi�n comenz� este momento-visagra que me llevar�, indudablemente, a mejores y m�s dulces cauces. Cronol�gicamente escrito �ltimo, pero primero fue publicado El Viaje, como una simple gu�a, con un mapa, un ayudamemoria. Es el resumen light y d�cil de Todo lo que vino despu�s (o realmente, de Todo lo que hab�a venido antes)... Y Todo eso fue El Todo. Uno de los textos m�s directos, m�s concisos sobre Todo lo que sucedi�. Escrito una ma�ana, demasiado temprano. En un momento en que no sab�a si Hoy estaba ah�, o si realmente a�n era Ayer. El tema es que fueron 15 minutos de frenes� creador, d�nde Todo me rebalsaba. Necesit� vomitarlo para realizar la primera depuraci�n, la m�s importante, la m�s asquerosa. Realmente, si pudiera, me sentir�a orgulloso. Pero que cagada, no puedo. Lo que sigui� fueron fragmentos de viaje, momentos de dudosa lucidez, donde no documentaba un viaje en si, sino todas las transformaciones y reconfiguraciones internas, a medida que las sent�a. No es algo que nos suceda todos los d�as, vamos a reconocerlo. No se si la comparaci�n ayuda, pero el renacer de las cenizas, por maravilloso y rom�ntico que parezca, no es m�s que morir quemado, ardiendo en dolor, para luego rehacer algo con esas cenizas. As�, en medio de la REAL nada, se distinguieron los Componentes del Todo. Y me toc� volver a la realidad, esa que creemos est� ahi porque la tocamos, porque nos golpea y duele, que no podemos atravesar por el gracioso juego de los �tomos. Ahi fue, cuando la noche caia estrepitosa y furiosa, cuando el dolor no me di� m�s remedio que odiar. Y fue refrescante, he de decirles. Fue un soplo de energ�a, una elevaci�n nada espirituosa, pero elevaci�n. La odi�, mierda si la odi�. Y tuve que expresarlo, tuve que plasmarlo porque necesita, m�s que nada, pruebas de que eso era cierto. El Odio Todo estaba ahi para demostrarme/le que pod�a odiarla, que merec�a ese odio, pasajero, pero odio al fin. Y finalmente, sobrevino la sorpresa. Fue encontrarme ahi donde nunca hab�a estado. De repente estuve ahi y me vi, me reconoc�, y supe en lo que me hab�a convertido. Supe, adem�s, que todo esto era lo que necesitaba, era lo que inevitablemente ten�a que haber vivido para distinguir cosas, para apreciar cosas. Todo pero Menos es justamente eso. Es el reconocimiento hacia ese yo que no era. Los momento-visagra son as�, como si fuera un espejo que de pronto se solapa, te permite ver toda la imagen (o casi). Y pude verme antes, en ese dolor que me produje, y ahora, reconoci�ndome en otro, no reconoci�ndome en otro. Ahora, siendo hoy el cierre de un a�o muy distinto a los dem�s, solo me debo una cosa m�s: Despedirme.

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