16.9.05

Siddartha Urbano

Hace un par de d�as que tengo la sospecha de que el mundo no es como lo vemos. De que realmente todas las cosas que hay ahi, que se ven, no son asi. Son otras cosas, copias infinitas, mejores o peores, de cosas que ya hubieron. Nada es, en absoluto, original. Y lo peor, es que no me puedo sacar la sensaci�n constante de Deja Vu, incluso al ir por la calle... Es como cuando luego de escuchar inicialmente una canci�n, comenzamos casi sin querer, a escuchar de fondo a la segunda voz. Siempre estuvo ahi, pero no es hasta cierto momento, que comenzamos a oirla. Y luego siempre est� ahi. Incluso m�s presente, m�s distinguible luego que la voz principal, la que lo tapa todo. Esa es la sensaci�n que tengo. A ver si lo pongo m�s claro. Las reuniones de negocios, por ejemplo, sobre todo las inform�ticas, no son reuniones mancomunadas en lo absoluto, no lo son. Son otra cosa, son dos o m�s personas, intentando demostrar sus falsas credenciales, intentando valer por lo que conocen, por lo que saben, y por c�mo saben decirlo. El que no habla, no vale, aunque sea mejor. No importan los intereses comunes, solo el propio, el de valer de alguna manera. Un juego del ego gladiador, donde finalmente uno de los dos tendr� que claudicar, pero nunca terminar�n los dos hermanados contra la multitud. La gente que camina por el centro de esta ciudad, es toda igual. Todos hacen lo mismo, sin importar a qu� se dediquen. Todos repiten, casi nadie elije realmente, nadie es originalmente nada. Las chicas que caminan trajeadas, conformes con su puesto en la gran empresa, que quiz�s consiguieron moviendo el culo, creen que est�n conquistando la vida, creen que ganaron el mundo. Y solo repiten lo que cientos de miles de otras chicas hicieron, hace 10, 20, 30, 40, 100, 1000 a�os. Se siente raro, como dije antes. Es como haber estado durmiendo todo este tiempo acomodado en el mundo que nos metieron siempre delante nuestro, y donde sin querer, quiz�s por un error, quiz�s por algo que haya hecho ruido en nuestra vida, nos despertamos. Agudizamos los sentidos y ahi est�, la segunda voz antes ignorada, m�s fuerte que nunca, ese reflejo que antes no estaba, ese perfume que nunca nos hab�a llamado la atenci�n, una rugosidad deseable al tacto. No pretendo afirmar que soy un iluminado, nada m�s lejos de la verdad, pero me di cuenta que mis pasos son los mismos que otros, que muchos otros, quiz�s con m�s o menos fuerza, con igual o distinta energ�a. Pero quiz�s, hasta cierto punto, poco haya hecho para cambiar eso. Veremos que tal se ve el mundo ahora.

2 comentarios:

/|- dijo...

Discrepo contigo, Pablo: s� eres un iluminado. Sabes cu�nto camino, cu�ntos a�os y cu�nta joroba les costar� a esos de la calle empezar a ver lo que t� acabas de descubrir?. La felicidad o infelicidad en la vida se definen casi siempre como un problema de actitud y ahora, evidentemente, te has topado con una buena, aprov�chala. De todas formas, si alguien te pregunta, hay que escojer la pastilla roja.

Innoble. dijo...

No se que decir, salvo que no me siento un iluminado. Quiz�s alguien que si, que tuvo una pista, pero ahora no sabe muy bien que hacer con ella. Como un desdichado con el n�mero ganador de la loter�a, pero sin un peso para el boleto.

Tengo que mantenerme en foco, hoy por hoy, para no perder esa visi�n, esa claridad con la que escuch� esa segunda voz. No quiero desesperarme, quiz�s vuelva sola una vez me tranquilice, cuando reconozca que es lo que est� haciendo ahora tanto ruido como para perturbar esa tranquilidad de nuevo.

Vacaciones, lo que yo necesito son vacaciones.