24.12.04

�Qu� le pidieron a Pap� Noel?

Siempre me fue dif�cil dormir la noche anterior al 24, antes por las ganas de saber que me iba a traer Pap� Noel (dependiendo del pa�s del que nos visiten, esta persona es conocida como Santa Cl�us, el Ni�ito Dios y dem�ses nombres tel�ricos que ni imagino), luego fue porque al no haber colegio sal�amos de joda a la noche y ahora que estoy viejo (o al menos, soy viejo en comparaci�n a las dos situaciones anteriores) porque no me dejan dormir con el ruido de los fuegos artificiales... Entonces, aprovechando que en el barrio donde vivo, algunos padres han gastado todo el aguinaldo en pirot�cnia para sus hijos, me siento frente a la computadora para escribir, un poco traicionando la sensaci�n general (y no solo particular) de que el mundo est� en Stand By, esperando que pasen las fiestas, que termine Diciembre y el a�o, para comenzar a tomar impulso de nuevo. No recuerdo bien qui�n fue la persona que me revel� el Terrible Secreto Navide�o (creo que fue un compa�erito al que espero le haya dado c�ncer, o mi maestra la cual ya debe haber muerto y no deber�a preocuparme por la venganza), si recuerdo que fue para cuando estaba en primer grado, y desde ese entonces la Primaria signific� para mi la muerte de la Inocencia. No solo aprend� que pasar�a si la tierra se saliera de su eje, sino que la magia se termin� al conocer la procedencia de tantos regalos "justo cuando uno no estaba mirando". Tambi�n se resolvi� la cuesti�n de si los camellos realmente com�an pasto o c�mo sab�an los Reyes d�nde est�bamos de vacaciones todos los a�os. Por unos a�os m�s, Navidad sigue siendo especial, porque ya sea que te los traiga un gordo m�gico desde el Polo Norte, una tropilla de beduinos siguiendo una estrella, o tus viejos, siempre hab�a juguetes nuevos y relativamente mejores que los de Agosto o los que me daban en Octubre. Pero con el tiempo (y sobre todo, con el descubrimiento de las chicas del sexo opuesto) los juguetes dejan de tener esa fuerza, esa atracci�n, y La Navidad (junto con el D�a del ni�o) pasa a ser solo una fiesta, en la que podemos tirar petardos, tomar Coca-Cola y Sidra (o mezclarlas), quedarnos despiertos hasta tarde y quiz�s recibir alg�n regalo que valga la pena salir corriendo a presumirle a los amigos del barrio. Pero nada m�s. Otro es el sentido que tiene luego, cuando uno ya es m�s grande, cuando se prob� el sabor agridulce de la distancia, cuando volver a casa incumbe preparar un bolso, y subir a un colectivo. La Navidad pasa a ser un descanso, una tregua del a�o. Era volver a ser hijo por unos d�as, que te preparen las milanesas y el pur� como a vos te gustan, como siempre los conociste, el tener que contar las an�cdotas de la "gran ciudad", respirar el aire tranquilo de tu lugar. Ver amigos, compa�eros, recorrer viejas calles, revivir viejas historias. Ya poco importa que te regalen un pullover siempre un n�mero m�s grande o m�s chico ("c�mo creci� el nene en un a�o") o un par de medias. Est�s en casa por un rato. Y ese es suficiente regalo. Hoy, Navidad recupera nuevamente la magia, no ya a trav�s m�o, sino de mi hija. Ahora no es sino por los ojos de Sof�a, que vuelvo a ver a Pap� Noel en todos lados, que voy de su mano a encontrarlo y a agradecerle que haya dejado por un rato el Polo Norte, para saludarnos. Es hoy, que de nuevo le entrego una cartita, esperando que si pueda traer todo lo que ahi dentro se detalla, con letra infantil y tr�mula. Ahora vuelvo a sorprenderme cuando explota una ca�ita voladora, porque una mano infinitamente m�s chica que la m�a me apreta fuerte ante tanto color y estruendo. Y aunque no pueda evitar sentirme un Terrorista de la Inocencia de mi beb�, cuando lleguen las doce voy a salir corriendo y gritando "Ven�, me parece que lo o� a Pap� Noel por ac�", mientras unas manos no menos m�gicas, van a ir colocando los regalos debajo del �rbol. Y La Navidad, se va a manifestar de nuevo en esa carita rebozante de felicidad, y en el papel roto de los regalos. Todo vuelve, mierda si vuelve. Pero que lindo que es a veces, ver nuestra propia inocencia reflejada en otros ojos. Les deseo a todos, de coraz�n, que pasen una hermosa Navidad.

4 comentarios:

Sagi dijo...

La �poca navide�a a algunos nos produce un estado an�mico �nico... nos hace sentir buenos... se sienten m�s fuertes los lazos familiares... nos hace sentir m�s dolor por la ausencia de quienes no tenemos cerca, o que, cumpliendo con un ciclo de vida, se nos adelantaron... incrementa nuestras esperanzas... y como dices, los que tenemos la dicha de tener un hijo, vemos con sus ojos la magia que la envuelve y nos hace ser ni�os de nuevo, y lo mejor de todo... nos hace sentir de nuevo esperanzas.

Recibe un gran abrazo y un beso, van acompa�ados de los mejores deseos de felicidad y de �xitos para el a�o que est� casi por comenzar.... porfa, comp�rtelo con tus seres queridos.

Sagi dijo...

... y le ped� a Santa, que en la cena de Nochebuena, toda mi familia est� reunida y mostr�ndonos como siempre, el gran cari�o que nos tenemos.

Laleft dijo...

La navidad es una mierda, pero lo que dijiste me parece calado con un bistur�

Sagi dijo...

�Lo que dijo qui�n? 0_0