23.1.06

Inercias

Qu� dif�cil que la tengo. No solo est�s ahi, a�n ahi, tan metida como podr�as estar metida en un coraz�n que no comprende todo lo mal que le hace, sino que adem�s, tengo que encontrarme con peque�as evidencias de tu presencia, en forma de folletos que parecen una mezcla de publicidad de diur�tico con Boca Juniors... Entro en la farmacia y ah� est�s. No el portafolletos, no los folletos, est�s vos. Est�s en esa farmacia hablando con ese mismo tipo que me est� preguntando que quiero. "Ponstin, Ibuprofeno pedi�trico" y no puedo sacar la vista de esa migaja en el camino, para que yo pueda saber que estuviste ahi. "No, ese no tengo, pero tengo...". Bueno, gracias, pero ya me quiero ir. A la vuelta consigo lo que busco y me voy, casi sin mirar ese pedacito de cart�n que estuvo en tu bolso, en tus manos. Ese que ahora pesa m�s que antes y te cansa. Pero yo tambi�n estoy cansado, y si pudiera hacerlo, te juro que te pedir�a tregua. Es que miralo de este modo. Siempre est�s ahi. Si salgo a la noche, est�s ahi. Si me va mal con alguna, est�s ahi. Porque no siempre nos fue mal, �te acord�s? Peor a�n, si me va bien, tambi�n est�s. Para recordarme que no va a ser lo mismo. Las farmacias te lo perdono, pero te adue�aste hasta de mis victorias. Est�s en mis a�n no dominadas costumbres. Cuando leo el diario y no puedo dejar de ver como te va a ir en el hor�scopo. O en esa imposibilidad al ver una postal (esas gratis, que te gustan), de agarrarla. Veo ranitas en todos lados. O tu cartera de moda. Las polleras, por favor, tienen todas tu cadencia. Est�s en los planes que te dije, iba a llevar a cabo con otras, pero que se de antemano que no van a ser lo mismo. Lo s�... lo s�. No hace falta que me lo digas. Yo hice nuestros, muchos lugares, cuando era lo m�s sensato hacerlos propios. Punto a tu favor. Pero sigo pensando que Palermo es tu territorio, aunque ahora trabaje ahi. El Arteplex, tu fortaleza casi inexpungable. El Caf� del �ngel, un lugar a donde nunca volver. Est�s en el naranja. Est�s en el olor a bazar y te metiste hasta en el sabor del chop suey. Est�s en la suave caricia de la lana. Est�s en cualquier postal de Miramar. Incluso, dibujada en la arena. Creo que ahora te vas haciendo una idea. Entonces, �qu� es lo que m�s me molesta de todo esto? Que no pueda escribir nada m�s que de vos. Por m�s que intente otras cosas, solo quiero escribir sobre vos. Y no solo eso, me revienta que solo est� utilizando este blog, como �nico punto de contacto. Se que est�s ac�, que a pesar de lo bien que estamos haciendo las cosas para evitarnos, a�n puedo tener esa m�nima seguridad que puedo decirte algo. Solo que no se qu�. Si, que te extra�o. Solo eso.

1 comentario:

/|- dijo...

S�h, con leves homologaciones de lugares y atuendos, Ah�diero.

Qu� mierda es la puta vida, no?