23.11.05

Fin.

Parado frente al espejo del ba�o, pens� en c�mo se hab�a desenvuelto todo, en las discusiones, en los llantos, en los gritos, en los silencios. Record� haberla besado tantas veces, y tantas veces haberle dicho que ya no quer�a saber nada... Y ahora ella no estaba. No estaba y no hab�a dejado nada. Antes de irse, tom� incluso su propio reflejo del espejo y lo arranc�, grabando la sentencia a fuego de que no volver�a a ser vista. Y parado frente al otro espejo, el del ba�o, comprendi� que era hora de aceptarlo. Tom� el cepillo de dientes rosa, y lo arroj� al cesto de basura.

2 comentarios:

/|- dijo...

Tienes raz�n, en momentos as� no hay nada peor que un puto espejo... alg�n d�a, Pablo, ellas tambi�n extra�an ese reflejo feo que dejamos, el rastro de la crema dental salpicada y las goterotas del lavamanos, ya ver�

Sagi dijo...

..... y que no levanten el asiento del ba�o para hacer pis.