17.1.05

Un paseo por las nubes.

Confieso mi gusto por ciertas pel�culas de amor. No todas, no cualquiera. Pero hay ciertas pel�culas, que aparte del evidente tema amoroso, conllevan algun mensaje m�s, una idea extra, van un poco m�s all�. En definitiva, que tocan un poco m�s ac�, hondo... Una de estas pel�culas es "Un paseo por las nubes". Protagonizada por Keanu Reeves (del que obviamente ni hablaremos aqui de sus preferencias sexuales o de como se desenvuelve en cualquier papel fuera de Neo) y Aitana S�nchez-Gij�n (una mujer tan, tan tan, bella sin caer en exuberancias o demas�as). La vi por primera vez, en el a�o 95 cuando se estren�, y no comprend� todo lo que me hab�a gustado sino hasta 3 o 4 a�os luego, cuando la volv� a ver en televisi�n. Es, antes que nada, una linda historia de amor. Pero va m�s all�. Es una pel�cula que habla sobre la b�squeda de un destino, cuando lo �nico que ten�amos de pronto desaparece. Es una pel�cula que habla sobre el amor de la familia. Es una pel�cula que habla sobre ra�ces. Es una pel�cula preciosa, de esas que parecen solo gustarnos a nosotros y a nadie m�s (ya alguna vez hablar� de esto). Me hizo cuestionar muchas veces, el verdadero sentido de la felicidad, c�mo opera la Felicidad en nosotros, las cosas que realmente nos hacen felices. Pero sobre todo, c�mo buscamos esa Felicidad. Pero ser�a muy pretensioso de mi parte hablar sobre como "todos" hacemos las cosas, as� que me voy a limitar hacia el �nico terreno en el que m�s o menos, dentro de todo, tengo un poco de conocimiento: yo mismo. Siempre tuve la creencia, de que (al menos, yo), tenemos cierto "l�mite" de felicidad. Aunque m�s que l�mite, me gusta llamarlo "umbral". As� como existe cierto umbral de sonido, que una vez es sobrepasado, ya nos parece todo infernal ruido, indistinguible en volumen, creo que lo mismo pasa con la Felicidad. Llegado a este "umbral", ya no importa que seamos m�s o menos felices, ya no podemos distinguir de tanta felicidad que sentimos. Entonces, �de qu� maneras dejamos que la felicidad nos llene, nos inunde?. De muchas y muy distintas maneras, eso es seguro. Pero si vamos al punto en que todos tenemos cierta "cuota" de felicidad que necesitamos poseer para considerarnos felices, entonces las maneras de cumplir con esa cuota, con esa medida de felicidad necesaria, pueden ser distintas. Est�n quienes buscan, a lo largo de su vida, o en momentos en particular, peque�as fuentes de felicidad, que sumadas, dan una sensaci�n de satisfacer esa cuota y por ende, sentirse feliz. Y es as� que corremos detr�s de metas prestablecidas, de deseos colectivos, de anhelos ajenos. As� es que al cumplir ciertas pautas, al alcanzar determinados objetivos, pensamos que deberiamos sentirnos felices. �Est� esto mal? No creo, todo siempre depende del punto de vista. Una de las ventajas ser�a que al no alcanzar alguno de los objetivos, no har�an gran mella en nuestro estado general de felicidad, y siempre podemos buscarnos otros medios que nos hagan un poquito m�s felices. Pero luego, claro, est� el otro extremo. Est�n los grandes motivos de felicidad. Est�n esos sucesos grandiosos, �nicos, que nos entregan un caudal increible de felicidad en nuestras vidas, que se derrama sobre nuestros cuerpos, ba��ndonos en goce. Y en lo general, estos eventos o estas situaciones, que nos hacen inmensamente felices, suelen alcanzar para que la cuota se vea completa, para que estemos llenos de felicidad y ya nuestro cuerpo no necesite m�s. As� es como dejamos de lado la busqueda de otros motivos simples de felicidad, o no nos preocupan, o directamente ni los tenemos en cuenta. Ya tenemos lo que necesitamos para vivir, y en este tema no prima la ambici�n. Si ya no puedo ser m�s feliz de lo que soy, �para que buscar m�s? Algo que siempre fui de creer, es que quien poco disfruta, o quien sus felicidades son m�s chicas y modestas, goza con la ventaja de sufrir poco, de que poco sea lo que lo afecte. En cambio, quienes mucho disfrutan, quienes son capaces de ser muy felices, cargan con el infortunio de sufrir mucho, de desgarrarse de dolor. Todo va en como percibimos la vida, en como nos abrazamos a ella, en como la transitamos. Solo resta tener en cuenta, que ya sea que nos llegue en peque�os y finos torrentes mansos, o en vertiginosas cascadas rebosantes de contenido, la felicidad no se queda, no es permanente, y el mismo principio de amortiguaci�n de los sentimientos, que nos impide sentir m�s felicidad de la que podemos llegar a percibir, es la que pronto nos acostumbra a ello. Y la felicidad, se va. Y vuelve, para nuevamente irse. Perseguimos la idea de una felicidad longeva, perdurable, y chocamos constantemente contra la naturaleza de la felicidad, que nos visita por momentos, para luego alejarse. Y este choque, muchas veces nos impide darnos cuenta de que estamos siendo felices en este momento. No dejemos pasar desapercibido ni un momento de felicidad, grande o peque�a, porque esos momentos son el material con el que se teje nuestra vida. Sean felices, aunque sea en un vi�edo, dando un paseo por las nubes.

1 comentario:

Sagi dijo...

... y me viene a la mente la frase de Golda Meir:

"Quienes no saben llorar con todo el coraz�n, tampoco saben re�r."