21.11.04

Obituario II

No era muy alta y nunca lo fue. Ten�a algunos rulos que luego se aburrieron y se fueron. Me regalaba noches enteras, sentados en la puerta de su casa, que por un berret�n c�smico, estaba a la vuelta de la m�a... Cultiv� un caracter jodido que siempre le sirvi� para mantener cerca a los que quer�a y lejos a los que no. Igualmente logr� mantenerme muy cerca. Le escrib�a todas las noches y a la ma�ana las palabras se desvanec�an, excepto una. Un d�a le regal� todo mi amor y me fui. Muri� en la puerta de una galer�a, muchos a�os despu�s, mientras la esperaba con una sonrisa ensayada. Fue un funeral r�pido, lo que dura un caf� en Buenos Aires.

1 comentario:

Innoble. dijo...

No, es cierto, uno nunca regala "todo su amor", siempre corta un pedacito y se lo guarda dentro de la billetera. Afortunadamente, el amor es un recurso renovable. Por eso a veces nos podemos dar el lujo de entregarlo todo, con la esperanza de que sea la �ltima vez que haya que hacerlo.